sábado, 16 de abril de 2011

Tour de Flandes


Aquí tenéis la foto de los 3 gatos de Flandes. La de los globeros. Nada que ver con la del gran Eddy Mercky en su coche Molteni, y para colmo uno de nosotros no sabe ni lo que significa Mercky para el ciclismo. En Bélgica es como un dios. Yo tuve la suerte de conocerle y de estar en su casa, en mi etapa de Kelme, y para mi sigue siendo el Dios del ciclismo. Algún día os contare unas anécdotas que viví con Mercky.
La foto está hecha delante del museo y tienda de la Ronde, si pasáis por allí es obligatorio ir a visitarlo, hay maillots, posters… y por 1,50€ te puedes hacer una foto con Maertens, para mí una vergüenza que un corredor como este tenga que verse así. Lo dicho ir a visitar el museo que vale la pena.
Ya metidos en la marcha, nuestro Flandes es una marcha diferente a todas las de España, que son carreras encubiertas y donde los más globeros se creen campeones haciendo el 315 por ejemplo. En el extranjero las cicloturistas son así, sin tiempo ni clasificaciones. En esta tienes un tiempo para salir, de 7 a 10 y hasta las 8 de la tarde para llegar. Solo salimos 20.000 con 3 recorridos de carretera y 4 de mtb, nosotros hicimos el de 140 km. Participan padres con los niños, cosa que aquí es imposible y muchos grupos que se paran a comer o a tomar algo, de hecho los bares del recorrido están a tope, incluso en algunos estaba la familia esperando para almorzar, incluso te venden bebidas a pie de recorrido, sobretodo al final de los muros. Yo mismo me pare a descansar y tomarme una coca cola mientras veía pasar ciclistas, una gozada, no tenía prisa. Esto no quiere decir que sea un paseo, sino que tú vas al ritmo que quieres, sin que te empujen por detrás o quedes fuera de control. Al final tarde 6 horas en hacer los 140 km, para variar llegaba corto de entreno, desde enero solo llevaba 1200 km, por culpa del frío o el esquí y la vagancia. Los últimos 30 km los hice con calambres, pero por suerte coincidí con Jorge, un malagueño que me acompaño y disfrutamos juntos de la marcha, os aseguro que Jorge estaba alucinado, podíamos hablar, disfrutar del recorrido y el ambiente. Su objetivo era la foto que le hizo su novia en el Capelmur sin poner pie a tierra, claro. Cosa que no es fácil con la cantidad de gente que hay.

La marcha en si transcurre por el carril bici, si lo hay. Te pueden parar en los cruces y semáforos. Los tramos de pavés, aparte de los muros son de tortura, sin llegar al extremo de los de Roubaix, pero es malo, y en las bajadas aun peor. Creo que hay unos 12 tramos, aparte de los muros, todos menos uno de pavés, y algunos muros como Patemberg o Kopemberg aparte de muy duros (22%)el pavés es horrible, con lluvia tiene que ser de miedo. Además tienes mil repechos y curvas, muchas curvas cerradas, a veces parecía un circuito urbano. El llano no existe, el desnivel acumulado es más o menos de 1500m positivos. La verdad que disfruté como nunca de una marcha. Conocía parte del recorrido de cuando estuve en Kelme, pero no la podía disfrutar o padecer, según se mire. También hay cosas malas, el viaje en coche, los avituallamientos, para mi cortos, pero la inscripción vale 17€ así que por 10€ más te paras y haces el almuerzo y en caso de aparecer la lluvia yo ni me plantearía salir. Los tres gatos coincidimos en lo mucho que disfrutamos, el ambiente, lo bonito del recorrido… pero eso sí, nunca seremos leones de Flandes.